miércoles, septiembre 25, 2013

Guilty Crown:

UNA PATADA EN LA CARA A LA ORIGINALIDAD


INTRODUCCIÓN

En un número anterior reseñamos Code Geass, un anime de la factoría Sunrise (sol naciente) y diseño de Clamp (Grampas); y como bien se sabe, ambas tienen una prolongada trayectoria a base de madrugarnos y engramparnos.
 
El tema es que estamos viendo un anime llamado Guilty Crown y las coincidencias con Code Geass son más que notables. En pocas palabras, se afanaron la serie; en muchas menos: plagio.

TRAMA (MEDIO AFANADA)

Bueno, convengamos que algunas cosas cambiaron, por lo pronto, la serie dura menos de la mitad (22 capítulos contra los 52 de Code Geass) lo que provoca que pasen muchas cosas a un ritmo ágil, la serie es dinámica y atrapante. La carga de dramatismo te deja pegado a la silla, aunque en mi caso particular, tenía el pantalón pegado a la silla porque por accidente volqué Fastix y no me quedó otra que ver la serie mientras esperaba que me traigan unas tijeras.

El año es 2029. Luego del desastre sanitario llamado "Lost Christmas" ( o "rosuto kurisumasu", en un estupendo trabajo, de parte de los actores de voz para pronunciar inglés para el culo), una epidemia viral que cristaliza y mata a la gente, Japón pierde su soberanía a manos de la ONU (léase USA) y sólo un grupo de guerrilleros urbanos y medio hackers llamados Sougisha (los Funebreros, como Chacarita Jrs., sólo que mucho más glamorosos); combaten al "gobierno provisional" llamados GHQ, cuyo cuerpo de combate se llaman "los anticuerpos" y son unos matadores bárbaros, entablando el clásico de la zona norte de Tokyo. Los muchachos de GHQ, cómodos en la Victoria antes obtenida, oprimen a la población, coartan la libertad y en general, hacen cualquiera.

Nuestro protagonista, Shu, va a un colegio de re cheto, pero él en el fondo es un rebelde (muy en el fondo, porque en la superficie simula muy bien ser un conformista). La cosa es que es fan de una minita que canta, y todas las noches él se... eh... mira sus videoclips; bueno, un día la minita, llamada Inori, se le aparece y le dice que en verdad es una guerrillera y le pide que la ayude. Al toque llegan los anticuerpos (léase soldados yankies) y la arrestan por motivo random. Shu se arrepiente de irse al mazo y jura ser valiente y rescatar a Inori, y en el proceso, va y se inyecta una jeringa roja, y como si fuera Utena (para que no vayan y digan que sólo le afanaron a Code Geass), saca tremendo sable del pecho nuestra bella heroína. Arma alto bardo y mata a los enemigos a la vista de los guerrilleros, que lo felicitan; pero ahí aparece Gai (ya agoté mi cuota de chistes de homosexualidad, lo siento) el líder alto y de largo cabellos rubios, como mi primo Claudio (¿se acuerdan? el que vive en Villa Adelina, creo que sigue laburando en la agencia de autos cerca de Fondo de la Legua). Gai lo bardea a Shu, le dice que el poder de extraer los Voids era para él y le dice que se vaya a limpiar el culo con lija al agua.

Los Voids son la materialización del alma humana en acero inoxidable, y cada persona tiene uno distinto, tijeras, pistolas, sables, tiki-takas, y otras boludeces que representan los miedos de la gente. Eso le explican a Shu, que fuera de eso, no entiende una goma; pero va y se entrena y lo hacen guerrillero para estar cerca de Inori. ¿adivinaron? Claro que si, Inori y Gai son pareja, y Shu cierra el triángulo amoroso de rigor.

Nosotros aprovechamos para hacer una pequeño salto de unos veinte capítulos, dónde pasan diez millones de dramas y peleas épicas, traiciones y agachadas, los enemigos se hacen aliados y los amigos ahora son los antagonistas; y el telón de esta tragedia se baja con Shu salvando al mundo de un terrible apocalipsis. Todavía no llegamos a ese punto de la serie, pero nos prometieron que este fin del mundo es bastante más jodido que otros apocalipsis animeros. Veremos.


CONCLUSIÓN

Code... no, perdón, Guilty Crown fue producido por Production I.G. famosa por transpirar gemas como FLCL y Sky Crawlers y llorar bodrios como Toshokan Sensou y Higashi no Eden. El equipo que salió a la cancha está dirigido por Tetsuro Araki y el productor ejecutivo Hideo Katsumata, Hiromi Kato diseñó los personajes y Hiroyuki Sawano estuvo a cargo de la música.

A todo esto nos olvidamos de nuestro propósito original de denunciar que a pesar de la fantástica animación, el bellísimo diseño de personajes y el soberbio fanservice (a cargo de varias minitas dibujadas), esta serie es un infame robo de propiedad intelectual. Fíjense hasta que punto es un plagio que Guilty Crown le robó los guionistas que Code Geass, los señores Yoshino y Okouchi.